jueves, 8 de noviembre de 2012

Mitos y verdades sobre el uso del celular

Es cierto que las ondas satelitales que emplea el celular provoca cáncer?
Hacer llamadas, intercambiar mensajes, revisar tu correo y enviar documentos o tomar fotos y compartirlas en las redes sociales, son muestra de las múltiples tareas que facilita el celular. Sin embargo, su utilidad fue cuestionada cuando se afirmó que su uso eleva el riesgo de padecer distintos tipos de cáncer. Para conocer los mitos y realidades en este tema, continúa leyendo.

Mito: El uso frecuente del
celular causa cáncer, ¡es es un hecho!

Realidad:  El Centro Internacional de Investigaciones sobre el
Cáncer, dependiente de la Organización Mundial de la Salud (OMS), clasificó (junio 2011) los campos electromagnéticos producidos por los teléfonos celulares como “posiblemente carcinógenos para los seres humanos”. No obstante, más tarde otro informe en Dinamarca reveló (octubre 2011) no haber hallado ningún indicio de peligro luego de extenso estudio que se desarrolló tomando en cuenta los resultados arrojados tras analizar a más de 350 mil usuarios. A pesar de ello, la OMS ha mantenido la alerta y ha informado que continuará estudiando el tema. En suma, puede hablarse de probabilidad, no de certeza.

Mito: El
celular causa cáncer porque sus campos electromagnéticos dañan los tejidos.

Realidad: Los teléfonos móviles se comunican entre sí emitiendo señales de radio a través de red de antenas fijas (conocidas como “estaciones base”). Estas ondas de radiofrecuencia son campos electromagnéticos similares a las radiaciones de los rayos X, por ejemplo, pero a diferencia de éstos, no representan peligro potencial para el ser humano.
Se sabe que la principal consecuencia de la interacción entre la emisión radioeléctrica y el cuerpo humano es el calentamiento de los tejidos. En el caso de las frecuencias utilizadas por celulares, la mayor parte de la energía es absorbida por la piel y otros tejidos superficiales, de modo que el aumento de temperatura al interior del cráneo o en los órganos es insignificante, y no puede considerarse factor de riesgo para desarrollar cáncer en el cerebro. 
Aunque científicos han observado los efectos adversos que las ondas de radio tienen en el cerebro de animales, no es claro aún lo que estos datos significan para los seres humanos.
Recordemos, por ejemplo, que los estudios sobre el cerebro humano están limitados al uso de tecnologías no invasivas (es decir, no pueden abrir el cerebro para analizarlo in vivo), como las que se utilizan para el desarrollo de mapas cerebrales: resonancia magnética, electroencefalografía o tomografía, entre otras. Estas herramientas de apoyo a la investigación proporcionan extensa información sobre la actividad del cerebro, pero carecen de la precisión y sensibilidad que ofrecen aquellas utilizadas con el mismo propósito en animales.

Mito: El
celular causa cáncer porque las personas siempre están expuestas a altos niveles de ondas de radiofrecuencia.

Realidad: Un teléfono celular sólo transmite energía cuando está encendido, además, la exposición del usuario a las radiofrecuencias desciende rápidamente al aumentar la distancia con este aparato. Esto significa que quien maneja el dispositivo a 30 ó 40 cm de su cuerpo (por ejemplo, al escribir mensajes de texto, navegar por internet o cuando lo utiliza en la modalidad “manos libres”) está mucho menos expuesto a campos de radiofrecuencia que aquellos que realizan llamadas de manera tradicional.
Asimismo, el empleo del teléfono en zonas donde existe buena recepción también conlleva disminución del nivel de exposición, ya que de ese modo el aparato transmite con menor potencia. 

Mito: Es imposible reducir la exposición a la energía del celular.

Realidad: Además de utilizar dispositivos “manos libres”, un usuario puede reducir la exposición a la energía del celular si disminuye la cantidad de llamadas y su duración.

Mito: Usar celular es riesgo para la salud.

Realidad: No existe estudio o prueba científica que demuestre relación causa-efecto entre el uso de teléfonos celulares y el desarrollo de
cáncer en el cerebro. Lo único cierto, sin embargo, es que constituye un problema real cuando se utilizan mientras se conduce, ya que esta práctica incrementa notablemente el riesgo de sufrir accidente automovilístico, lo cual se presenta en cualquier modelo, es decir, no importa si son aparatos con o sin función “manos libres”, todos son igualmente peligrosos.

Recomendaciones para el buen uso del Celular


Para la buena utilización del celular, debemos adoptar algunas reglas sencillas y utilizarlas en el hogar, en el trabajo o en el  aula de estudios.
Las normas y reglas deben de ser consensuadas entre padres e hijos, ya que no es lo mismo un celular en un niño de 11 años que en un adolescente. Aunque es bueno atender a normas comunes del uso del teléfono celular.
Primero: Debes saber donde se puede utilizar o no. Muchos centros educativos prohíben el uso del celular, por lo que no es bueno arriesgar a que le quiten su teléfono por transgredir las reglas.
Segundo: Es conveniente que se analice si es el mejor momento para contestar una llamada, ya que en algunos casos se maneja un automóvil y la distracción puede ser más fuerte que el tomar alcohol o ir dormido.
Tercero: Se sugiere que los tonos de llamada al teléfono celular deben ser discretos. Además, el teléfono debe silenciarse o apagarse en lugares como los hospitales, el cine o en reuniones.
Cuarto: Si está en una reunión y recibe una llamada urgente y es imprescindible atenderle, debe salirse del lugar y  nunca se debe responder delante del resto de asistentes.
Quinto: Cuando estas congregado en la iglesia, graduación, boda, funeral o un evento social, no es remendado contestar el telefóno, se considiera una falta de cortesía y consideración a los demas.
Sexto:  Es bueno dejar el celular en casa en algún día de la semana y apagarlo en algunas ocasiones, para darse un respiro del mismo y no depender de éste en todo momento.
Séptimo:  Tener un teléfono celular en una responsabilidad, debes cuidar y moderar el gasto del consumo del telefóno. Evita caer en el abuso de mensajes, chat, ring-tones o back-tones.

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